Acerca de lo que fue primero


©Sandro Centurión



Me parece que vivimos una época oportuna para, al menos, intentar dilucidar una serie de temas que vienen acuciando a la humanidad desde el principio de los tiempos. Por mí parte, me voy a animar a hacerle frente a la remanida e histórica discusión sobre qué fue primero si el huevo o la gallina, visión feminista desde el vamos pues dejó afuera al gallo, partícipe necesario en el triángulo de la gestación, aunque me retruquen los inseminadores artificialistas y defensores de la pulcritud gallinácea, lo que nos lleva a pensar en como la tecnología despoja al macho de su tradicional tarea, pero esa es otra discusión pendiente. Los reiterados intentos de análisis a fondo de la cuestión de qué fue primero si el huevo o la gallina viene siendo errónea, pues en general ninguno de ellos supera el enfoque reduccionista, como dije antes, el enunciado mismo desde el vamos deja afuera al gallo, pero además, deja afuera a las otras gallinas, y otros gallos. Dónde se ha visto una gallina individualista. Estos análisis apresurados, provenientes de la lógica marketinera, no contemplan ni por al lado, al gallinero y la complejidad de relaciones de poder que en él se entablan, ni hablar de la siempre peligrosa presencia de las comadrejas que de huevos saben un montón, y que han sido invisibilizadas en todos los análisis seudocientíficos. Además, nada nos dicen del maíz ni de la mano que lo provee, ni de las lombrices y gusanos que pululan bajo la tierra del gallinero, pues sin estos no hay gallinas, ni huevos, ni gallos. Es imprescindible, en todo análisis que se precie, considerar también el creciente costo del maíz y otros insumos balanceados de la dieta avícola y desde luego los condicionamientos ecológicos de los últimos tiempos para la cría de aves de corral. En esta línea de pensamiento es importante no dejar afuera al granjero o granjera, su familia, su salud física y mental, su historia personal, y desde luego a la comunidad local en que gallina, huevo y granjeros se desarrollan. Esta comunidad se vincula con otras comunidades donde de seguro existen otros gallineros con gallinas, huevos y gallos. Y estas son parte de una nación que lleva adelante políticas económicas y culturales que condicionan la vida de los gallineros, sobre todo teniendo en cuenta el aumento en el precio de la carne vacuna que dirige las preferencias gastronómicas humanas hacía el vapuleado mundo de las aves de corral. Siendo así las cosas me arriesgo a afirmar que respecto de la eterna discusión sobre qué estuvo primero si el huevo o la gallina, lo que precede tanto a la gallina, como al huevo e incluso al gallo es la discusión misma. La discusión es anterior, a la gallina, al huevo, al gallo, al gallinero, a las naciones, y si me permiten la discusión es anterior a Dios. La discusión dio origen al huevo y a la gallina, a ambos, al mismo tiempo. Antes y después de cualquier certeza estuvo siempre la discusión. Y es probable que lo siga siendo así durante un tiempo más. Por ende, habrá que ir aprendiendo a discutir, a subvertir el orden lineal en el que se dan las cosas, y mirar no sólo hacia adelante o hacia atrás, sino que, y sobre todo hacia los lados, y de vez en cuando en diagonal. Si vemos sólo huevos y gallinas, capaz que nunca veremos más allá del gallinero.

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