Enseñar sin enseñar


Mg. Sandro Centurión

 

¿Se puede enseñar sin enseñar?, ¿se puede prescindir del contacto necesariamente social y humano y a pesar de ello lograr aprendizajes?, ¿se pueden obviar espacios físicos, tangibles y tradicionalmente instituidos, como el aula y la escuela?, ¿se puede reemplazar la capacidad igualadora del pizarrón, los cuadernos y las carpetas, por la compu, la tablet y el celular?, ¿son comparables las didácticas puestas en juego en la enseñanza específica de las ciencias con los métodos culturalmente heredados en la tradición familiar?, ¿Puede un grupo de whatsapp ser una clase?
Estos y otros interrogantes interpelan hoy a cientos de docentes y a la sociedad en su conjunto. Y sospecho que algunas de las respuestas posibles ponen en riesgo a la ya vapuleada profesión docente.
Por mi parte, al igual que muchos otros profes y con el buen ánimo de afrontar los problemas de la pandemia y el necesario aislamiento social les propuse a mis estudiantes de secundaria que ingresaran a una plataforma de classroom de Google que preparé a tal fin. Me pareció una propuesta interesante y una alternativa viable para la extraordinaria situación que nos toca vivir.
La experiencia viene siendo de mucho aprendizaje (para mí) sobre todo en lo que respecta a los supuestos que tenemos los docentes sobre nuestros estudiantes, y que discute a los ansiosos profetas del mientras tanto, que ven a las nuevas tecnologías como el cáliz de salvación en estos tiempos de desesperanzas.
Debo confesar que mi experiencia con la enseñanza online me está dejando por lo pronto algunas certidumbres que les quiero compartir:
1-Los adolescentes conocen poco o nada del real funcionamiento de las tecnologías (sobre todo de aquellas que no están en su centro de interés);
2- no todos los chicos tienen teléfono;
3- no todas las familias tienen wifi;
4- las consignas no se explican solas;
5- que tengan teléfono, que tengan internet, que accedan a la plataforma no es garantía de que hagan la tarea;
6- la pereza también se manifiesta en el espacio virtual; o mejor dicho se potencia con el espacio virtual;
7- los horarios de trabajo de los chicos son distintos de los míos;
8- la comunicación escrita es complementaria (la comunicación oral sigue siendo la más eficiente para enseñar, y la conversación el mejor formato).
De todas maneras, creo que el esfuerzo que ponemos tanto familias, como estudiantes y docentes en hacer que el acto educativo funcione, ocurra a medias, o a los ponchazos, es por lo menos, valioso. Sobre todo si tenemos en cuenta que todo está funcionando de esta manera. Por ello, considero que en este momento histórico que nos toca vivir puede ser oportuno y necesario reflexionar acerca de la profesión docente y lo que significa en el seno de la vida social contemporánea. El trabajo docente en vivo y en directo no debiera quedar invisibilizado o subvalorado por la aparente versatilidad de las aplicaciones virtuales en el contexto del doloroso mientras tanto. Es relevante que podamos reflexionar acerca de cuán importante viene siendo la escuela en nuestras vidas. Importancia dada no sólo por la tradición escolar sino por la indelegable función que tiene un profesional de la educación en la tarea que ha elegido llevar adelante, y cuyo espacio real cobra sentido en razón de la institución escuela, y del espacio físico del aula.
A los interrogantes iniciales me atrevo a responder:
No se puede enseñar sin enseñar. Todo lo demás es mero entretenimiento. No se puede prescindir del contacto necesariamente social y humano para lograr aprendizajes verdaderos. La emergencia nos aleja “temporariamente” de los espacios físicos, tangibles y tradicionalmente instituidos, como el aula y la escuela. Las nuevas tecnologías no han podido aún ser herramientas igualadoras. La mamá, el papá, el hermano, la tía, la abuela o la madrina jamás enseñarán como la maestra, o como la profesora o el profesor. Un grupo de whatapp siempre será un grupo de whatsapp.

Comentarios

  1. Genial!cómo siempre muy atinadas tus palabras Sandro querido...coincido con esa reflexión que nos invitas a hacer en este "mientras tanto"...cuídate y aquí la vamos llevando...a través de la misma aplicación..

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El casi Lobizón

El gran igualador

La venganza del hisopado