El lector que espera
Al igual que
usted ahora, soy un lector que espera. Cómodo y distendido en mi lectura,
aguardo. Espero dar con algo en este texto. De eso se trata. Leer paciente
hasta encontrarse con algo imprevisto. Lo disfruto. Algunos leen para soportar
la espera. Yo espero para poder leer. No imagino otro modo de leer que no sea
esperando. En un bar, en un banco, en una parada de ómnibus, en una esquina, a
cualquier hora. No importa el motivo de la espera, importa estar así, con el
cuerpo acomodado a la inminencia. Soy un esclavo del tiempo muerto. A veces
siento que las fuerzas del cuerpo me abandonan. Sin embargo, al igual que usted
ahora, sigo paciente leyendo y esperando lo inesperado. El texto, más no la
lectura, acaba. La espera prosigue. Usted y yo sabemos que es adictivo esperar.
La monótona expectativa de lo incierto, lo desconocido e inalcanzable finalmente
te atrapa, y entonces te condena, para siempre.
Excelente.
ResponderEliminarGracias Eduardo, por leer y comentar. Saludos
EliminarMe gusta el suspenso en este texto, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.