Un acercamiento a la teoría del argel


En donde yo vivo, se le llama simplemente "argel". Una palabra corta pero contundente para definir al mal endémico que se expande por el mundo desde tiempos inmemoriales. Si acaso algún trasnochado científico decidiera estudiar más a fondo la cuestión descubriría lo que todo el mundo sabe, por ejemplo, que la categoría de argel asignada a una persona refiere a una consecuencia, y no a algo que es propio de un determinado sujeto. Es decir, alguien no es argel sino está argel. Y el estar argel es entonces una consecuencia desagradable vivida por tal o cual sujeto de una manera particular que se hace evidente para los otros. Esto acerca al extraño fenómeno a la categoría de enfermedad. Nos damos cuenta, de inmediato, que el susodicho o la susodicha (entiéndase que la capacidad de ser argel no es privativa de género alguno), está argel, porque tiene cara de argel. En la mayoría de los casos el estado de argelitud es transmitido por el contacto directo con un sujeto que a su vez se encuentra argelado por otro argel que lo argeló. Se sabe que el clima argela de sobremanera, el calor, el frío, la humedad, la sequía, el viento norte, la polvareda, la llovizna, la garúa, los mosquitos, los grillos,. Los imprevistos argelan, la visitas a deshora, la fila del banco, la cara de la cajera del super, la tele argela, los impuestos argelan, los vecinos cumbieros, los skaters, el chipero, las clases de zumba, la vendedora de herbalife, la publicidad de trivago, el jenjibre, el gobierno argela de manera espantosa, y así podíamos seguir enumerando tantos elementos que contribuyen al estado de argelitud que se cierne sobre la vida de este planeta.Por eso, quienes lidiamos cotidianamente con sujetos argelados, recomendamos alejarse de los argeles, o bien aislarlos aunque se sabe que este tipo de tratamiento sólo aumenta el estado de argelitud. Entonces, el imperioso desafío postergado por la burocrática ciencia moderna, es descubrir: ¿Quién fue el primer argel? Nadie lo sabe a ciencia cierta, ni porqué se argeló, y eso nos argela a todos, y estudiamos, analizamos, y pensamos argelados, sin poder encontrar una solución, y así no se puede, hasta escribir argela.
©Sandro Centurión


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