Comparto el texto completo del audiocuento "El casi Lobizón". Me lo dijo así, de una: “Ignacio, me parece que soy un lobizón”. No me dijo Nacho, como todo el mundo, sino Ignacio porque como dice mi viejo, Pedrito González es el mitaí más respetuoso de toda la escuela. Y la verdad, que no tengo ni una evidencia para demostrar lo contrario. Yo lo miré, y aunque en ese momento pensé que era gracioso que Pedrito se creyera lobizón, en realidad me puse serio y hasta me asusté un poco. Seguramente porque me tomó de sorpresa. Tendría que haberlo sabido, haberlo anticipado pero se me pasó, y una vez que Pedrito me apartó en el recreo, junto a la tercera columna del tinglado de la escuela, supe que ya era tarde, porque cuando a Pedrito González se le mete algo en la cabeza es muy, pero muy difícil hacerlo cambiar de opinión. Ah, por si no lo dije antes, Pedrito González es mi mejor amigo, no quiero que le pase nada malo, y soy capaz de hacer cualquier cosa para ayudarl...
Se murió Maradona. Una persona a la que se le atribuyen un sinnúmero de atributos y defectos, que van desde la categoría de Monstruo al de Dios sin hacer paradas intermedias. A mí, me interesa la capacidad igualadora que tuvo su trayectoria profesional. Diego, fue un gran igualador. Logró poner en igualdad de condiciones al pibe de la villa con los de las clases más altas. Porque la desigualdad social también se sentía, y se siente en la cancha. Porque, la gran mayoría de los pibes de la Argentina se pelan las rodillas en las canchas de tierra pelada y arcos de escombros, y jamás conocen el verde césped. Maradona fue quien mejor logró igualar por un rato la balanza, y su vida es testimonio de ello. Por mérito propio, dirán algunos. Sus habilidades futbolísticas no sólo eran innegables, fueron excepcionales, extraordinarias. O acaso todos los chicos de las villas no son virtuosos jugadores de futbol, y los chicos de cada barrio, de cada pueblo de este país. Sin embargo, no alcanza con t...
Antonio es camionero. Le hacen el test de covid 19 porque tiene que hacer un viaje, y es lo que piden para dejarlo entrar a destino. Le hacen el hisopado de costumbre. De tantas veces que le han violado la nariz, ya no siente nada. Unas horas más tarde, en su habitación de aislamiento, le cae el médico, a quien jamás le ha visto la cara resguardada detrás del barbijo y la máscara, pero le conoce la voz de memoria. Llega hasta la puerta con un policía, que lleva un cuaderno y una birome. Esta vez es distinto. Se da cuenta enseguida. Te dio positivo Antonio, dice sin más el médico. Pero, no te preocupes vas a estar bien. No tenés fiebre así que no tenés por qué preocuparte. Pero no vas a poder viajar, y te vas a tener que quedar hasta que te dé negativo, le advierte. Antonio entiende, y acepta, qué más puede hacer. Eso sí, le dice el médico, necesitamos saber tus contactos cercanos de estos últimos días. Mira al policía que se mantiene a una distancia segura y se apresta a tomar nota. An...
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