Crónica de hambrientos
© Sandro Centurión
Al principio, los hambrientos hablaron, hablaron, y hablaron, explicaron, argumentaron, justificaron lo injustificable, pregonaron, predijeron, protestaron, se anticiparon, profetizaron, hicieron hipótesis fantásticas, sacaron conclusiones, teorizaron. Luego, los hambrientos especularon, incitaron, inquirieron, criticaron con vehemencia, interrogaron, pusieron en duda, defendieron, se contradijeron, cuestionaron hasta el hartazgo. Entonces, los hambrientos arremetieron, se intranquilizaron, se obsesionaron, mendigaron, husmearon, se entusiasmaron, se denigraron, se vanagloriaron, se entrometieron. Se juntaron, se dividieron, los hambrientos mintieron y creyeron sus mentiras, discutieron con quien se les pusiera delante. Finalmente, consiguieron un mendrugo de gloria que los hizo callar, por un rato.
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